“Es imposible gobernar rectamente al mundo sin Dios y sin la Biblia”
-George Washington
La falta de una plataforma ideologíca y una reglamentación que le de identidad y genere compromiso a los militantes del Partido Republicano, para proponer soluciónes a los problemas que afectan a Los Estados Unidos, con políticas que permitan mantener el liderazgo mundial, llevo al masivo lanzamiento de pre-candidatos para la nominación del candidato Republicano a las elecciones presidenciales de Noviembre próximo en los Estados Unidos.
El numero de pre-candidatos llego a diecisiete (17), cada uno con posturas personales diferentes, desatando durante la campaña de elecciones primarias, debates muy pobres de ideas, centrados en nimiedades infantiles para desprestigiar a los oponentes, con ataques como: “usted tiene los huevos chiquitos” con respuestas: “no lo que pasa es que usted tiene las manos chiquitas”. Son propios de un circo y no de una campana presidencial.
La campaña ha brillado por la ausencia de una plataforma ideológica de partido, que brinde un proyecto país donde se incluya la solución a los temas vigentes que requieren atención inmediata, a corto, mediano y largo plazo, como la seguridad, convivencia pacífica, la economía, el desarrollo sostenido, la erradicación de la pobreza, la educación gratuita, la vivienda justa, la erradicación de la corrupción, el respeto a la pluralidad, la inmigración, etc., etc. Que traiga beneficio a los americanos y al mundo en general, dada la posición de liderazgo de los Estados Unidos.
Esta situación de división Republicana, carente de políticas de beneficio general para el país y el mundo, ha llevado a que el candidato Donald Trump, aproveche la coyuntura para adelantar una campaña que polariza al partido a través de sus posturas populistas e incendiarias, peligrosas para la armonía interna y la paz del mundo. Trump esta desconociendo el fundamento inmigrante de Los Estados Unidos y atentando contra el orden económico mundial del que ha sido líder, gestor y promotor a través de la historia.
Además, el candidato Trump ha sido irrespetuoso, intolerante, se ha burlado de los minusválidos, de las mujeres,de los gordos, de los flacos, de los altos, de los pequeños, de los vecinos y más allá de las fronteras, carente de sensatez y conocimiento de lo que Estados Unidos representa para el mundo. Parodiando el termino de teatro español:”No ha dejado Títere con Cabeza”
Donald Trump ha propuesto construir un “gran, gran muro” entre Estados Unidos y México: más de 3.000 kilómetros de muralla que pagarían, dijo, los mexicanos; localizar, detener y deportar a 11 millones de inmigrantes sin papeles, que según la BBC costaría 114.000 millones de dólares; eliminar la ciudadanía por nacimiento; prohibir la entrada de musulmanes al país, vigilar las mezquitas y restablecer métodos de tortura, como el ahogamiento simulado.
Hasta el presidente del Congreso, Paul Ryan, tuvo que salir a expresar el respeto del partido republicano hacia los musulmanes, después de que Trump propusiese vetar su entrada al país. El estratega político republicano y comentarista Evan Siegfried asegura a El Confidencial que la imagen del partido está siendo afectada por la retórica xenófoba del precandidato. “Nos retrata como algo que no somos. Es difícil corregir esa retórica”.
Retorica equivocada.
El apoyo fuerte hacia Trump viene de la clase trabajadora y los sindicatos. En especial de los llamados “votantes de cuello azul” en referencia a los overoles que en Estados Unidos utilizan los trabajadores de clase media y baja. Este segmento de la población tiene algo en común con la retórica de Trump: el 81% cree que la inmigración daña la economía y mira con recelo el libre comercio, según el The Wall Street Journal. Es justamente el libre comercio a lo que Trump ha hecho alusión en sus últimos debates. Sobre todo en el de la Universidad de Miami, el más moderado, donde el precandidato republicano puso el tema sobre la mesa en varias ocasiones.
Para conquistar este segmento de votantes que es atractivo para cualquier candidato, Trump de manera populista y demagógica está haciendo eco a su retórica equivocada, yendo en contra de la inmigración y del libre comercio entre otros. Tanto el segmento de la población que así piensa, como Trump, demuestran total ignorancia de lo que ha representado y representa la clase inmigrante para la producción y la economía en general de los Estados Unidos. Igual sucede con los tratados de libre comercio que fueron impulsados para salir de la crisis, brindando ventajas para sus excedentes de producción y el consumo interno de Los Estados Unidos, como lo veremos más adelante.
Los Estados Unidos desde sus comienzos, ha sido un país de inmigrantes. La inmigración continúa siendo un factor muy importante para la economía, como generador y demandante de productos y servicios, lo que se traduce en fuentes de empleo, pago de impuestos, consumo etc. Un caso de simple sentido común, que nos demuestra el aporte de los inmigrantes, es el de la agricultura.
La mayoría de los trabajadores que laboran en el campo produciendo y cosechando los productos agrícolas son inmigrantes. Si no existiera quien hiciera este trabajo en el volumen que demanda el mercado, simplemente, no habría producción de alimentos y en su reemplazo, se tendría que importar los alimentos primarios y procesados para el abastecimiento interno, afectando considerablemente puestos de trabajo en estos sectores de la producción. De otra parte, si no se cuenta con los productos agrícolas como materia prima para la industria procesadora de alimentos, fuente importante para el consumo y la generación de empleo, se dejaría de producir para la exportación y estos puestos de trabajo se eliminarían. Igual sucede en muchos otros sectores que son soportados por la inmigración.
El Verdadero Problema.
El problema tiene un trasfondo más grave y sobre el cual no se ve que haya una propuesta seria de los candidatos que indique que se va a solucionar. El déficit en la balanza comercial, el endeudamiento externo, el déficit fiscal y el desempleo son los verdaderos problemas económicos de Los Estados Unidos. Contrario a lo que plantea el señor Trump y lo que piensan los sindicatos y sectores radicales, estos problemas no se solucionan con el proteccionismo ni con las medidas en contra de la inmigración. La historia nos muestra que estas medidas en el pasado fueron más perjudiciales que el mismo problema y no se puede caer en la repetición de la historia.
La globalización de la economía mundial establecida en la OMC (Organización Mundial del Comercio) en 1994 por 124 países en Marrakech, Marruecos, es una continuidad del GATT, ( Acuerdo General de Aranceles y Comercio) institución creada en la reunión de 45 países en 1944, que tuvo lugar en Breton Wood Estados Unidos y que fue liderada por Franklin Roosevelt y Winston Churchill, para el reordenamiento de la economía mundial, con el fin de evitar una nueva crisis como la de 1929. En esta reunión además del GATT, se estableció el Patrón Oro-Dólar, y se crearon el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, lo que le permitió a los Estados Unidos salir fortalecido en sus exportaciones y encontrar soluciones para la salida de la crisis.
Pero los Estados Unidos, ha venido perdiendo liderazgo no por culpa de los instrumentos sino de las políticas económicas equivocadas, y hoy, su balanza comercial nos muestra que En 2014, los Estados Unidos exportaron $ 1,45 Billones e importó $ 2,19 Billones, resultando en una balanza comercial negativa de $ 731 Miles de millones.
El endeudamiento externo de Los Estados Unidos llega al orden de los 18 billones de dólares y la tendencia es creciente.
La consecuencia es déficit fiscal y desempleo pues para el mantenimiento de la deuda externa se utilizan recursos del presupuesto social y de la inversión pública, que afectan los programas sociales y la creación de nuevos empleos por falta de la inversión pública. Endeudamiento que sigue creciendo con los nuevos préstamos para el pago de deudas viejas.
Esta es la focalización del verdadero problema económico de los Estados Unidos y sobre los cuales, no se escucha por parte de los candidatos a ocupar la casa blanca a partir del 2017, propuestas creíbles de solución.
Como afrontar los problemas.
Estos problemas que son una bomba de tiempo para los Estados Unidos, se tienen que afrontar con productividad interna, competitividad, calidad, precio, políticas fiscales adecuadas y estímulo a la inversión y a los emprendedores de empresa para la generación de empleo y para la recuperación del liderazgo en el mundo, que está siendo desplazado por China, Japón, India etc., siendo la China el principal acreedor de los Estados Unidos.
Pretender entrar en un plan proteccionista como lo propone el señor Trump, implicaría el desconocimiento de los acuerdos suscritos en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por 124 países incluido Los Estados Unidos y el incumplimiento de los tratados de libre comercio y demás tratados de integración económica, lo que llevaría a aislar a Los Estados Unidos del Mundo con repercusiones económicas muy grandes, generando conflictos y ocasionando una nueva crisis a nivel interno. Reitero, el proteccionismo ni las medidas incendiarias del señor Trump son la solución.
Los problemas generan oportunidades.
Los grandes problemas de Los Estados Unidos son una gran oportunidad para que un liderazgo que entienda y tenga claras las proyecciones que necesita el país, proponga una plataforma de proyecto país que atienda los problemas inmediatos, a corto, mediano y largo plazo, para recuperar el liderazgo que debe ostentar para ayudar a su población y al mundo. Este gran país está demandando con urgencia, un gran liderazgo que proponga grandes soluciones para los problemas de hoy, previniendo los del futuro.