Por; Rafael Futierrez
11-14-2020
El presidente de Estados Unidos firmó un decreto que prohíbe a los estadounidenses invertir en compañías chinas ya que, según su administración, están controladas por el ejército y amenazan la seguridad nacional.
Esta decisión del presidente Trump, pareciera ser una respuesta por no haber podido cumplir las promesas que al inicio de su mandato hizo en el sentido de recuperar puestos de trabajo trayendo las empresas americanas que han emigrado a otros países, entre ellos china. Tiene razón al decir que las compañías chinas están controladas por el ejército y amenazan la seguridad nacional; pero esto es un asunto que hay que verlo más allá pues el principal problema para la seguridad del país, para la democracia y para la economía, es que el gobierno de china es comunista.
Este es un asunto que desde hace más de 20 años se planteaba al interior del Congreso de Los Estados Unidos. Para entrar en un análisis objetivo, es necesario hacer un poco de historia:
“En octubre de 2018, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, dijo al repasar la historia de las relaciones entre Estados Unidos y China: “Después de la caída de la Unión Soviética, asumimos que una China libre era inevitable. Con gran optimismo a principios del siglo XXI, Estados Unidos aceptó dar a Beijing acceso abierto a nuestra economía, y trajimos a China a la Organización Mundial del Comercio. Las administraciones anteriores tomaron esta decisión con la esperanza de que la libertad en China se ampliaría en todas sus formas –no solo económica, sino también políticamente, con un renovado respeto por los principios liberales clásicos, la propiedad privada, la libertad personal y la libertad religiosa– toda la familia de los derechos humanos. Pero esa esperanza fue solo eso: esperanza que no se cumplió”.
Es decir, Estados Unidos esperaba que por la apertura económica de los mercados y el consumo, la China, entraría por los caminos de la democracia, la libertad, la propiedad privada, la libertad religiosa y el respeto de los derechos humanos. Por esto, Trajeron a China a la OMC dándole el tratamiento de Nación Menos Favorecida, lo cual le dio innumerables ventajas para penetrar los mercados del mundo, como en efecto lo ha logrado.
El sector empresarial de todos los países motivados por su afán codicioso, prefirieron trasladar sus procesos productivos o fabriles y poner la producción en la mano de obra china, trasladando sus procesos industriales a ese país, provocando desempleo en sus países y transfiriendo tecnología, conocimiento y experiencia a los chinos, convirtiéndolos en la fábrica del mundo. China con su posición dominante, ha adquirido la característica de monopolio y oligopolio que hoy estamos sufriendo como se observa por el drama de covid-19, sin ser esta la única situación.
Estas estrategias, además de generar desempleo al interior de los países, perder el “Good Will” y las demás ventajas de ser productores de materias primas que no produce china, y otras consecuencias que se derivan de esta deslocalización de los centros productivos; entregaron el mercado a los productos chinos que aprovechando los bajos costos y con sus prácticas desleales de comercio como el dumping, la sub facturación, la triangulación, el contrabando, etc. eliminaron en los paises muchas industrias, que no pudieron competir con los precios de los productos chinos que invadieron el mercado.
La deuda de Estados Unidos con China es de 1 mil 59 billones de dólares, a partir de febrero de 2017. Eso es 27.8% de los 3.8 billones de dólares en letras del Tesoro, notas y bonos en poder de países extranjeros. Además, según American Enterprise Institute las inversiones en corporaciones hasta Junio de 2017 sumaban 52.630 millones de dólares.
El endeudamiento de América Latina con china al 2017 es de Mil Ciento Setenta y Seis mil Cuatrocientos Setenta y un Millón de Dólares (US 1.176.471) .
Estados Unidos cayó en la red capitalista, paradójicamente por un país con gobierno comunista. En 2019 Estados Unidos registró un déficit en su Balanza comercial de 824.280 millones de euros, un 4,31% de su PIB, superior al registrado en 2018, que fue de 804.605,5 millones de euros, el 4,62% del PIB.
El déficit de la balanza comercial d los EE.UU. al importar más de lo que exporta, y la deuda publica más grande de su historia que se encuentra en manos de extranjeros, muestra a China como el principal acreedor como se indicó anteriormente.
Un factor importante de mencionar, que incide en el déficit comercial y en el endeudamiento público, tiene que ver con el desplazamiento a China de centros productivos que se encontraban en EE.UU. transfiriendo la tecnología que antes eran fuente de sus exportaciones. Es decir, se perdió productividad tecnología y experiencia que era propia, para reemplazarla por la importación de China que tiene el mercado cautivo. Esto es lo que se busca rescatar, pues el mercado más importante del mundo quedo dependiendo de la proveeduría china; siendo un alto riesgo como el que estamos viviendo con los insumos médicos para atender la pandemia del covid-19 entre otros muchos. Para un mayor detalle, invito que lean en mi blog miperspectiva.com el artículo: “La China llego y se está apoderando del mundo.”
La guerra comercial que inicio Trump con China fijándole aranceles altos a sus productos, no ha dado resultado favorable pues esto simplemente incremento el costo de los productos para los americanos. Algunos expertos se muestran escépticos de que las políticas comerciales de Trump hayan sido beneficiosas desde el punto de vista económico —la Tax Foundation estima que los aranceles han generado ingresos, pero han reducido los salarios, el producto interno bruto y el crecimiento del empleo.
Lo que no logro Mao Zedong con su revolución de los años 60, lo está logrando China con su revolución del capitalismo comunista que ha invadido al mundo. No obstante, Muchos políticos entre ellos Trump como lo hemos visto, en sus campanas, estigmatizan a los contendores tratándolos de comunistas, pero no se dan cuenta o no se quieren dar cuenta, que están durmiendo con el comunismo en la misma cama y la amenaza continua pues china se está convirtiendo en imperio..
La esperanza de Los Estados Unidos de que China se transformaría en un país democrático y no sucedió, guardando las proporciones, es algo similar a lo que ha ocurrido en Estados Unidos: “Cuando Donald Trump ganó la elección presidencial de 2016, la mitad del país que votó en su contra y quedó desolada se aferró a una esperanza: las instituciones de Estados Unidos, un sólido andamiaje erigido a lo largo de más de dos siglos, impondrían límites a su gobierno.
“Casi cuatro años después, la realidad reveló la ingenuidad de ese anhelo. Trump logró doblegar a las instituciones del país a tal punto que el mensaje central de los demócratas para sacarlo de la Casa Blanca en las elecciones es que la democracia norteamericana, la más longeva del mundo, tambalea.”
Trump se impuso y creció en su base de votantes, hoy tiene 70 millones de seguidores que le permite amenazar con aspirar nuevamente a la presidencia.
El próximo gobierno del presidente Biden, tiene varios retos como son: El Covid-19; el tema de la globalización, el monopolio de China, y, conciliar al pueblo americano para rescatar la verdadera alma de Los Estados Unidos y evitar que el populismo como en Rusia se imponga. De esta manera, Los Estados Unidos podrá rescatar el liderazgo que le está arrebatando China y continuar siendo el país ejemplo para el mundo, que ha sido desde su fundación y que se encontraba en riesgo.